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Escritura

Muerte invisible

Microrrelato. Finalista del IV Concurso Internacional "Otoño e Invierno". Diversidad Literaria. Con la colaboración de www.libripedia.com. Publicado en Otoño e Invierno IV, 2019.

Ves caer la nieve con una sonrisa en los labios. Notas el frío aferrado a tus desgastados huesos; el viento filtrándose entre las sucias ruinas del edificio que habitas, trayendo olvidadas palabras de amor. Recuerdos de infancia calientan tu remendado corazón. Cierras los ojos y, por última vez, te proteges de ese crudo invierno con viejos cartones y una enorme nostalgia en tu pecho.

El impostor

Relato.

Apenas tuve tiempo de verlos, salieron de las sombras como dos fantasmas encapuchados. Inmediatamente adiviné que venían a por mí. Mientras me concentraba en trazar un plan de huida e intentaba averiguar si portaban algún tipo de arma, tuve la sensación de que había alguien más a mi espalda; no me dio tiempo a reaccionar, enseguida unos brazos me inmovilizaron y un puño se incrustó en mi riñón derecho. Sentí que se me cortaba la respiración y que mis piernas se doblaban, pero conseguí mantenerme en pie el tiempo suficiente como para ver que el más bajo de los dos encapuchados había llegado a mi altura.

La fotografía

Relato.

Mirando aquel retrato en blanco y negro, ajado por el paso de los años y con una quemadura provocada por los rayos del sol, sobre la esquina inferior derecha, volví a preguntarse qué clase de secreto escondía aquella mirada triste, misteriosa, amalgama de resignación, de desesperanza y de miedo. Sabía que se trataba de mi tatarabuela, que se había casado con un hombre bastante bueno para aquella época.

En unos minutos...

Relato.

- En unos minutos, todo habrá terminado. Me dijo con aquella voz profunda, antes reírse como un loco, sin dejar de pasarse el cuchillo de una mano a otra, como si de un juego se tratara. Sólo de vez en cuando se detenía, quizá con la intención de mostrármelo. Y entonces, la luz de la luna se reflejaba en el filo.

Nunca es tarde, dicen

Relato.

- Hijo, ¿vas a llevarme?
- ¿A dónde?
- ¿A dónde va a ser, César, es que ya..? – fue lo único que pudo decir porque enseguida escuchó una música y las palabras de su hijo.
- Oye, mamá, me está llamando mi jefe. Tengo que colgar. Habla con Elisa, yo tengo mucho trabajo.
Ni siquiera un hasta luego o un beso, pensó su madre mientras colgaba el teléfono con mano temblorosa.

Autopsia de un sueño

Relato.

- ¡Eh, Sule, pásame la pelota! –gritó Daren, que acababa de llegar al campo donde su
amigo se entretenía lanzando unos poco tiros hacia la rudimentaria canasta.
Lanzamientos que, a pesar de ser poco certeros por la fuerza extra que llevaban,
amenazaban con derribarla definitivamente.

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